ESPACIOS SAGRADOS DE AMOR

arcanosaltar

El espacio para desarrollar la magia es sagrado, sin embargo crear un espacio mágico es simple, pero requiere concentración y claridad de objetivos; puede valer cualquier espacio de la casa; pero los desechos  psicológicos son difíciles de limpiar; es mucho más fácil, con la práctica, pasar mentalmente al modo ritual.

La forma más natural del espacio sagrado es el círculo; sirve de límite y de protección. Se trata de despejar un espacio, sentarse en el suelo, y colocar cuatro velas (una amarilla, una roja, una azul y una verde) en puntos que coincidan aproximadamente así: el este con la amarilla, el sur con la roja, el oeste para la azul y el norte para la verde. Representan las velas cuatro de los cinco elementos sagrados: aire, fuego, agua y tierra; se ha de colocar en el centro una vela púrpura como representación del espíritu (el quinto elemento mágico).

Primero hay que limpiar psicológicamente el espacio antes de formar el círculo; se trata de purificar con poco de agua y bendecir un puñado de sal, mezclar ambos ingredientes y salpicar la mezcla por la habitación; coloca la mano sobre un vaso o vasija de cristal, luego visualiza cualquier energía que pudiese haber absorbido el agua como si fuera humo oscuro que sale del vaso, y decir: “Yo te exorcizo, oh criatura del agua”.

Entonces, apoya la mano sobre la sal y bendice diciendo: “Sea bendecida esta criatura de sal”; vierte en el agua y mezcla bien, para finalmente salpicar toda la habitación en el sentido de las agujas del reloj. Con una varita, un cuchillo o el dedo índice, y empezando desde el este, has de moverte en el sentido de las agujas del reloj alrededor del cuarto para describir un círculo de luz en el aire.; se ha de abarcar toda la habitación; absorbe energía de la tierra a través de tus pies y siéntela llegar hasta la varita, cuchillo o índice. Cuando el círculo se finaliza, se declara establecido, por ejemplo: “Te conjuro, oh círculo de poder, para que te conviertas en límite y protector de este espacio entre dos mundos”.

Una vez hecho esto, se procede a invocar a los elementos; se pueden visualizar como humanoides, con formas angelicales o de dioses, o visualizar simplemente la energía que caracteriza a cada uno.; invocamos su significado dentro de nosotros. Externamente reconocemos su presencia en todas las cosas, y simbolizamos y unificamos tal presencia durante la duración del círculo y en la apropiada dirección. Comenzando por el este, se da la bienvenida al elemento aire; luego has de moverte alrededor del círculo, saludando a los elementos que corresponden a cada dirección y con las palabras que correspondan: “En el este, elemento del aire, te honro en este círculo sagrado”. Una vez dada la bienvenida a los elementos externos, te desplazas hacia el centro y recibes al elemento del espíritu, encendiendo la vela que le corresponde a cada uno mientras se da la bienvenida, declarando: “Saludos, y bienvenido”.

Finalizado el hechizo, muévete alrededor del círculo en dirección contraria a las agujas del reloj, para cerrarlo, apagando las velas en orden inverso y comenzando por la tierra para finalizar en el espíritu. El sentido de las agujas del reloj se denomina “dócil” (como el sol).

Todos los círculos conforman un gran círculo y que la naturaleza de toda existencia es de carácter cíclico.